Este verano para evitar test, PCRs y restricciones, nos decidimos por viajar por España, y aunque es difícil encontrar un lugar en el que nos hayamos estado ninguno de los antes, nos dimos cuenta de que no conocíamos la Costa Brava. Por lo que ese fue el principal motivo que nos hizo decidirnos por ir allí para pasar nuestras vacaciones de verano. Y he de decir, que la decisión no pudo ser más acertada.

Fueron dos semanas de calas con aguas cristalinas, snorkel, pueblos medievales, hacer excursiones, rutas, comer mucho y no parar, esto último es algo que nos suele pasar en los viajes. Volvemos, y necesitamos otras vacaciones para descansar.

Así que, después de esta bonita ruta nos gustaría contaros lo que más nos gustó. ¡Allá vamos!

Nuestra ruta comenzó en Lloret de Mar, aunque cabe decir, que allí simplemente paramos a darnos un chapuzón y un paseo por el centro.

Después nos fuimos a Tossa de Mar y allí si pasamos un par de noches. Nuestro hotel estaba bastante céntrico y una vez hecho el ckeck-in nos fuimos a pasear por la parte antigua.

Las murallas, las calles empedradas y empinadas, los restaurantes y tiendecitas hacen que tenga muchísimo encanto.

Al día siguiente y después de un buen desayuno, nos fuimos a cala Codolar. Es muy pequeñita, pero se encuentra en un lugar muy especial, entre las murallas. También estuvimos en la playa grande y algunas calitas cercanas. Al atardecer subimos hasta el faro y estuvimos tomando algo allí y escuchando música en directo. De camino al faro, hay una estatua de Ava Gardner, ya que estuvo rodando una de sus películas allí y cuentan que se enamoró de Tossa y en Tossa.

Los cocteles y los arroces, no faltaron.

Tossa de Mar nos encantó y es una parada obligatoria si vais a la Costa Brava.

Continuará…