Continuará…

Después de un buen rato con nuestra documentación en paradero desconocido, apareció un hombre con una torre de pasaportes y tuvimos que buscar el nuestro. A continuación nos fueron subiendo de cuatro en cuatro en unos tuk-tuks, sin más explicación. No sabíamos qué estaba pasando, ni dónde íbamos.

Welcome to Vietnam my friend.

Nos llevaron hasta una calle y nos fueron dejando allí. Estaba amaneciendo y ya habíamos perdido la noción del tiempo de las horas que llevábamos de viaje. Como todos éramos turistas, cuando hacíamos alguna pregunta hacían cómo que no nos entendían y algún gesto de “espera”. Ante ese continuo sin sentido, y con el cansancio acumulado, decidimos desistir y simplemente esperar. Cuando estábamos ya todos en esa calle de algún lugar, abrieron una especie de garaje y sacaron algunas sillas, aunque no había para todos. Que nos ofrecieran unas sillas nos hacía pensar que nos esperaba un largo rato allí. Las personas que nos llevaron hasta allí, una vez nos dieron las sillas, se marcharon. Según entendimos, llegaría un bus para llevarnos hasta nuestro destino.

¿Cuándo? Nadie lo sabía. ¿Cómo lo reconoceríamos? Era una incógnita.

Conseguimos una silla, y con el equipaje entre las manos, ya que no sabíamos dónde estábamos y eso nos daba desconfianza, nos quedamos medio dormidos. A las dos o tres horas allí, apareció un mini bus que se caía a trozos y nos hizo gestos para que subiéramos. Sin preguntar, sin pedirnos nada, sin saber dónde íbamos… la cuestión es que nos subimos nosotros también, sin preguntar y sin saber dónde íbamos.

Era el último trayecto hasta la ciudad de Ho Chi Minh, antiguamente llamada Saigón, aunque en ese momento no teníamos nada claro.

Por fin llegamos, después de un autobús “cama” infestado de bichos, varios tuk-tuks, esperas y más esperas y un minibús destartalado.

Y como toda historieta, a esta tampoco le puede faltar su moraleja. Y esa es: nunca os fiéis de las fotos de las agencias de transporte en Camboya/ Vietnam, según nuestra experiencia, luego nunca es como te han contado.